Los preparativos de la novia, preparar todo lo que tanto tiempo se ha planeado, el peinado, el maquillaje, el vestido, los zapatos.
La mañana tras una noche en la que se ha dormido poco, entre viajes y familiares.
Cristina decidió que su boda fuera en la otra parte de la península, le encantaba Asturias y decidió traerse a toda su familia desde su querida Algeciras.
Disfrutó con lo suyos de los paisajes asturianos en la “Huerta de San Benito”, en Antrialgo, un paraje excepcional en el concejo asturiano de Piloña.
Las primeras horas del día estuvieron reservadas para las manos de Yolanda Abarrio, que realizó un maquillaje como había probado con Cristina.
Legaban las flores, los detalles, los anillos de boda acompañados de las arras.
Una madre que la ayudaba con cariño a vestirse y una cuñada pendiente de todo.
Los últimos momentos antes de tomar el camino hacia la iglesia, los últimos pensamientos antes de casarse, entre los paisajes asturianos un día de otoño en el que el sol no quiso dejar de participar en la ceremonia.